Aun que solo he tenido mi abuelo murir, no era cerca con el y casi no le hablaba. Es muy difícil hablar de el por que casi no se nada de el, o sobre su vida, excepto que amaba a los Phillidelphia Pilléis. La persona que murió desde 4 meses que si amaba muchísimo y extraño cada día, fue la mama de mi mejor amiga quien consideraba mi madrina. Tuvo Cáncer del cerebro del pecho. Esta mujer, Judy Macks, fue tan amable y izó todo con su hija que podía, antes que iba a murir. Desde 3 años cuando le diagnosticaron con su tercer vez con cáncer, Judy todavía vivió como un mujer sin una enfermedad tan grave. No tuvo trabajo y no AMABA su perro Cosmo y burritos de La Taqueria en la missión.
Judy siempre caminaba en Bernal Heights con mi madre y practicaba Judaísmo cuando podía. Si tuviéramos el oportunidad de hacer una altar para nuestras familiares quienes son muertos también pondría chocolate y una hallah.
A la larga lo que he comprendida sobre la muerte es que tenemos que alogar esta cosa natural y no solo sentir como el mundo nos he rabado de alguien importante en nuestra vida.
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Me parece muy bonita tu entrada, Mara. Me impresiona la gente con cáncer que vive la vida como si no lo tuvieran. Creo que todos podemos aprender algo de eso, de apreciar la vida que tenemos un poco más y también de aceptar la muerte como parte de un ciclo natural. Gracias por compartir, Mara.
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